Con una cerveza en la mano y los pies en el mar es muy fácil hacer planes a futuro.
Pero cuando recuperamos la rutina, muchas de esas Ideas que cambiarían nuestra vida para siempre nos pasan a parecer lejanas, absurdas, imposibles… y en muchos casos hasta dejan de tener sentido.
Si estás por esta parte del mundo (Barcelona), es probable que la semana pasada hayas vuelto de tus vacaciones y estés retomando tu rutina.
El objetivo de este post es que puedas sacarle partido a todos aquellos pensamientos de cambio que han surgido de manera espontánea, porque son el indicador de que hay cosas por mejorar y algo en tu interior te está pidiendo cambios.
*Si nos sigues desde Latam puede que este no sea el momento del año más adecuado para leer este post, guárdalo para cuando lo creas más oportuno.
Paso 1: Adaptación.
No puedes pretender volver de tus vacaciones y comenzar a trabajar al ritmo que lo hacías antes de esta pausa.
Es normal que vuelvas con una larga lista de tareas pendientes y quieras enfocarte. Pero tu cuerpo y tu mente necesitarán adaptarse nuevamente a la rutina.
Es probable que te distraigas, que te canses más rápidamente y que comiences a sentir algo de ansiedad por todo lo que queda por hacer.
A medida que vayan pasando los días, te irás adaptando a los nuevos hábitos, que son los mismos de antes, pero tu cuerpo y mente aún no lo saben.
Consejo: Recorta los planes de tu agenda a la mitad. Sí, tal cual. Coge todo lo que habías apuntado para las primeras semanas y ve haciendo sitio. ¡Continúa leyendo!
Paso 2: Salud y ambiente.
Es brutal el impacto que tiene el ambiente en el que trabajamos a la hora de ayudarnos a cumplir nuestros objetivos.
Un espacio limpio y ordenado liberará tu mente de distracciones y ayudará en tu concentración.
Invertir tiempo en preparar tu espacio de trabajo hará que trabajes con más agilidad y, créenos, te acabará saliendo a cuenta.
También es importante que, de a poco, vayas ordenando tu alimentación, quitando esos “permitidos” que seguramente te has dado como regalo durante las vacaciones.
No es una novedad que el consumo excesivo de azúcares refinados, harinas y grasas saturadas no son buenas para tu salud. Intenta ir recuperando tu rutina alimentaria aunque tu cuerpo se resista.
Y por último, si la has abandonado, recupera tu rutina de ejercicio y duerme el tiempo que necesites.
Consejo: Recuperar tus rutinas saludables y alejarte de los desarreglos que has hecho durante las vacaciones te ayudarán a enfocarte en tus planes. Sigue leyendo que ya entramos en tema.
Paso 3: Apunta todo y confía en las Ideas.
Seguramente el haber tomado distancia del día a día te ha dado otra perspectiva de tus proyectos.
No confíes en tu memoria y baja todo a papel. Apunta todos aquellos nuevos inputs que te han surgido mientras pensabas en otras cosas.
Aunque ahora te resulten inútiles, absurdos o imposibles de llevar a la práctica, dales una oportunidad.
Si esas ideas llegaron a tu cabeza, aunque ahora te cueste verlo, seguro que tienen más sentido de lo que crees.
Consejo: Haz un acto de fe en el poder de las Ideas y no permitas que la vuelta a la rutina te quite la posibilidad de explorar nuevos caminos. Aprovecha el haber tomado distancia para aportar nuevos puntos de vista que igual no podías ver en el día a día.
Paso 4: Check de pendientes.
Recupera tu agenda previa a las vacaciones y revisa nuevamente las prioridades que te habías marcado.
Aprovecha esta nueva perspectiva para rever tus objetivos y reformular tus planes en función a tus nuevas prioridades.
Es probable que luego de la pausa quieras reformular tu lista de tareas. Y es importante que te permitas hacer sitio a tus nuevos objetivos.
Si sigues con la misma agenda previa a las vacaciones, es un indicador de que tus planes post vacaciones no van bien.
Consejo: Coge tu agenda de pendientes y la lista que te propusimos hacer en el punto anterior y vuelca todo a una lista única. Luego prioriza las tareas nuevamente y asigna una fecha a cada proyecto.
Paso 5: Coge las riendas de tu futuro.
Cuando llegues a este punto deberías ver con mucha claridad si lo que tienes entre manos te motiva, te aburre o te dan ganas de salir corriendo.
Deberías volver de tus vacaciones con toda la energía. Con ganas de tomar nuevas decisiones producto de haber podido tomar distancia de tu rutina.
Seguramente haya cosas que valoras y quieres mantener de tu trabajo actual, pero otras tantas necesitarás cambiarlas con urgencia.
Llegando a este punto, tienes dos opciones: enfrentar a tus miedos y comenzar a transitar el camino del cambio o caer en las trampas de tu zona de confort y comenzar a pensar que tu rutina no está tan mal y que estos pensamientos fueron solo delirios provocados por las altas temperaturas, la arena y la ingesta de alcohol.
Consejo: Aprovecha uno de los momentos “bisagra” del año y coge aquellos caminos que con una cerveza en las manos y los pies en el mar parecían tener sentido y te daban menos miedo. Resiste volver a tu antigua rutina, seguro hay cosas por cambiar que te harán tener una vida mejor.