Las Morning Pages son un ejercicio de escritura libre que Julia Cameron propuso en su libro The Artist’s Way, un clásico en la Creatividad.
Su propuesta es simple pero tremendamente efectiva; cada mañana, antes de sumergirte en el ruido del día, escribe tres páginas a mano, sin filtros, sin correcciones, sin intención de publicar nada.
No se trata de literatura, se trata de limpieza mental. Lo que escribas puede ser banal, caótico, incoherente; una lista de cosas pendientes, lo que soñaste anoche, un enfado que no has soltado, una idea que te ronda, un chiste malo o incluso la frase “no sé qué escribir” repetida veinte veces. Lo importante no es el contenido, es el proceso.

¿Por qué funcionan?
Podría parecer un ejercicio naïf, casi terapéutico, pero en realidad es una herramienta muy seria para cualquier persona que quiera vivir de sus Ideas. ¿Por qué?
Limpian tu disco duro mental
Cada mañana nos despertamos con decenas de pensamientos residuales como preocupaciones, recordatorios, ruido emocional. Las Morning Pages funcionan como un vaciado de caché. Escribes todo eso y lo dejas fuera, creando espacio mental para lo que importa.
Desactivan la autocensura
Esa voz interna que te dice “esto no es lo bastante bueno” o “esto no tiene sentido” pierde fuerza cuando escribes sin expectativas. Al no tener que mostrarlo a nadie, tu Creatividad deja de sentirse observada y empieza a moverse libremente.
Conectan con la creatividad subconsciente
Muchas veces las mejores Ideas no surgen cuando las buscas, sino cuando dejas que emerjan. Este ejercicio es como abrir una ventana en una habitación cerrada, dejando que entren corrientes nuevas.

Cómo hacerlo (y no rendirte por el camino)
Aquí es donde mucha gente se pierde. Empiezan con ilusión y lo dejan en tres días porque no saben cómo integrar las Morning Pages en su rutina. Vamos a hacerlo fácil y detallado.
1. Elige el momento adecuado (y protégelo)
- Lo ideal es por la mañana, justo al despertar, antes de mirar el móvil o abrir el correo.
- Si vives con alguien, busca un rincón donde nadie te moleste. Incluso cinco minutos de silencio antes de empezar el día ya marcan la diferencia.
- Considera poner la alarma 20 minutos antes. El tiempo que “pierdes” escribiendo, lo recuperas en claridad.
Consejo: Deja el cuaderno y el boli en la mesa de noche, así reduces las excusas al mínimo.
2. Usa papel y boli, no pantalla
- No es una manía vintage, escribir a mano activa otras zonas del cerebro, reduce la edición compulsiva y conecta mejor con la mente creativa.
- Ten un cuaderno dedicado sólo a esto. Que no sea ni demasiado elegante (para que no te dé miedo mancharlo) ni demasiado cutre (para que te apetezca usarlo).
Consejo: Invierte en un boli que te guste usar, la fricción importa más de lo que crees.
3. Tres páginas, siempre tres
- ¿Por qué tres? Porque la primera suele ser ruido, la segunda empieza a fluir y la tercera es donde, a menudo, aparece lo inesperado.
- Si no sabes qué escribir, escribe eso: “no sé qué escribir, esto es absurdo”. La página no es tu enemiga, es tu espejo.
Consejo: Ponte un temporizador de 20 minutos, el límite ayuda a no obsesionarte con la extensión.
4. Escribe sin filtro ni edición
- No releas mientras escribes.
- No corrijas, no taches, no busques sentido.
- Si sale algo genial, fantástico; si sale basura, también sirve. El objetivo no es la calidad, es el vaciado.
Consejo: Si te bloqueas, escribe la misma frase diez veces hasta que algo cambie, el movimiento genera ideas.
5. Hazlo aunque no tengas ganas
- La clave no es la inspiración, sino la disciplina. Sentarte cada mañana, aunque sea con sueño, aunque sientas que no tienes nada que decir.
- Este hábito no se construye en los días fáciles, sino en los difíciles.
Consejo 5: Piensa que cada página mala es una página menos de ruido acumulado, la constancia vence al juicio.
6. Cierra el cuaderno y sigue con tu día
- No lo uses como diario de terapia ni como blog secreto.
- Es un contenedor temporal, no una obra definitiva.
- Con el tiempo, si quieres releerlo, hazlo. Pero al principio, déjalo reposar.
Consejo: No leas lo que escribiste durante la primera semana; la magia está en soltar, no en analizar.

¿Qué cambia cuando lo haces?
Quienes lo practican de forma constante hablan de tres cambios muy claros:
- Más claridad mental: empiezas el día sin ruido innecesario.
- Más fluidez creativa: las ideas fluyen porque el embudo está despejado.
- Menos bloqueo: cuando escribir se vuelve un hábito, crear deja de ser una excepción.

La Creatividad no suele aparecer cuando la llamas, aparece cuando le haces hueco. Las Morning Pages no son una fórmula mágica, pero sí un recordatorio de que antes de crear para l_s demás, tienes que crear espacio para ti.